viernes, 28 de enero de 2011

La rabia del pueblo

Hace veinticuatro días que el joven Mohamed Bouazizi sacudiría los cimientos de algunos de los regímenes autoritarios del Magreb mediterráneo, que los tenían profundamente soterrados, al fallecer por las quemaduras sufridas al quemarse a lo Bonzo como forma de protesta por el trato policial que había sufrido, pero sobre todo por la desesperación de no poder ni siquiera vender fruta para poder mantener a su familia.

Lo que comenzaría como una protesta individual se ha convertido en una vorágine humana que ha dado lugar al exilio de un Jefe de Estado (Zine Abidine Ben Alí), protestas en otros Estados como Yémen, o la disolución de un Gobierno que será sustituido por otro en las próximas horas, poniendo en graves aprietos a otro Presidente de República (Hosni Mubarak).
Una simple chispa encendería una mecha que todavía puede no haber hecho explosión. Solamente nubes de humo.



¿Por qué ahora?
Es cierto que la estabilidad política se está viendo afectada en numerosos puntos del globo sobre todo debido a los efectos que la crisis económica y financiera (cuyos culpables están ya claros según un informe del Gobierno estadounidense que ha salido hoy mismo y podéis leer en el margen derecho del blog) está causando en los diferentes Estados. Manifestándose en cada uno de estos de maneras diversas. Recortes en el Estado de Bienestar en aquellos países donde se encontraba relativamente avanzado como en Reino Unido y España; Paralización de proyectos a medio y largo plazo por parte de mucho Gobiernos, dando lugar a un aumento de las cifras de desempleados; Disminución del turismo en casi todas las zonas que basan su economía en este tipo de actividad productiva… etc.

Todo comenzaría con la “inmolación” a lo Bonzo en diciembre de un joven tunecino de 26 años, en protesta a la situación social y política que se posee en Túnez, sobre todo en las aldeas más pequeñas y menos desarrolladas, como en la que vivía Mohamed Bouazizi.
Si las economías de todos los países se han visto resentidas por la crisis económica y financiera, más aquellos que poseían una economía basada principalmente en el sector servicios, como en el caso de Túnez, que poseía en 2009 una tasa del 49´8% del PIB proveniente de este sector. Sin embargo la Revolución de los Jazmines, como ya muchos la han apodado, no solo tendría el componente económico como detonante. La componente política sería el poso que haría fermentar la protesta social.



Zine Abidine Ben Alí llevaría gobernando desde Noviembre de 1987 en un sistema político republicano, donde existe un multipartidismo ciertamente amplio en el aspecto cuantitativo (con otros 7 partidos relevantes a parte del RCD, el partido de Ben Alí), pero que únicamente este poseía capacidad la capacidad necesaria para detentar el poder. Siendo por tanto un multipartidismo limitado, dirigido desde finales de la década de los 80 por el RCD y su líder, a través de un estrecho control de los medios de comunicación. Tanto ha sido así que de no ser por esos propios medios de comunicación que el régimen tunecino tenía “controlados”, puede que la situación en el Magreb no hubiese cambiado a la de hace dos meses. Sería un ataque informático masivo y general sobre los sites del gobierno tunecino lo que haría que la inmolación de Mohammed pasara de ser un hecho aislado a un hecho público en cuestión de días. Las redes sociales así como internet, han sido clave para difundir las acciones colectivas que se han realizado a lo largo y ancho de Túnez. Los ciclos de protesta colectiva se han retroalimentado positivamente a través de twitter, facebook y Youtube. Siempre teniendo en cuenta que el acceso a este, relativamente nuevo, medio de comunicación es más bien limitado en Estados como Túnez, donde métodos tradicionales como la radio también han jugado un papel importante.



Sin embargo si por algo puede quedar eclipsada la Revolución de los Jazmines puede ser por las protestas que se iniciaron casi de manera paralela en su vecino Egipto. La concomitancia que se ha dado entre uno y otro proceso de acción colectiva ha sido de “efecto dominó”.
La república egipcia lleva presidida por Hosni Mubarak desde 1981, año en el que alcanzaría el poder y desde el que entonces no lo ha soltado. Este sería “reelegido” a través de un referéndum dicotómico (Si o No) sobre la aceptación o no de Mubarak como Presidente de la República egipcia. En 2005 se introducirían unas modificaciones en la legislación electoral que permitiría la participación de otras formaciones políticas en las elecciones presidenciales, que se convertirían en un proceso mayoritario uninominal a dos vueltas, pero que estarían totalmente inclinadas del lado del partido del Presidente Mubarak, obteniendo este el 89% de los totales de los votos emitidos, habiendo participado un 23% del censo electoral.



Mubarak en la intervención que ha realizado a media noche ha explicitado las causas de las revueltas. Las penosas condiciones en las que viven los ciudadanos egipcios, en medio de una crisis económica, con tasas de inflación elevadas (18´3% en 2008 y 11´3% en 2009) con los inconvenientes para los más desfavorecidos que esto supone, así como una represión mantenida durante décadas, han hecho que la chipa que se encendiese en Túnez pasase guiado por la miseria y las ansías de libertad, como la mecha guía al detonador, hasta Egipto. El papel de las redes sociales y de medios digitales como Youtube han sido de nuevo claves en este proceso, clara muestra de ello ha sido la estrategia seguida por Mubarak de cercenar la red en Egipto ayer por la tarde (como se puede apreciar en el gráfico de tráfico de datos que podéis ver más abajo).
El país de los faraones ha sido y puede que siga siendo un Estado clave en la política exterior norteamericana, sobre todo en relación con la zona de Oriente Medio y el Magreb, será uno de las icógnitas que Obama debe estar barajando ahora mismo. Muchos esperaban que Mubarak dimitiese esta noche en su discurso, otros muchos no esperaban siquiera dándo este, sino huyendo a otro país al estilo Ben Ali, sin embargo la decepción ha sido mayúscula en las calles de El Cairo, Alejandría o Suez al ver que su lucha por el cambio solo había hecho que comenzar.


¿Qué podemos esperar de estas revoluciones?
El futuro es incierto en la zona del Magreb, así como en algunos otros Estados de Oriente Medio y la Península Arábiga (Líbano, Yémen, Argelia, Marruecos) donde los medios de comunicación traspasan las fronteras de la censura y muestran a los ciudadanos asqueados con los sistemas autoritarios y en algunos casos cuasi-feudales, el camino a seguir para derrocarlos. Muchos factores entran en juego a la hora de poder discernir un horizonte claro.

-          Seguridad: Si por algo se ha caracterizado el apoyo de las potencias democráticas mundiales, si, Europa y Estados Unidos, a muchos de los regímenes autoritarios y totalitarios del Magreb y Oriente Medio, aparte de por los recursos energéticos que poseen, es por la estabilidad y seguridad que mantienen en sus zonas de influencia.
Al Qaeda está claramente presente en el Magreb, claro ejemplo de ello es el secuestro de ciudadanos europeos en la zona subsahariana. Los sistemas autoritarios también son conscientes del peligro que esta organización trasnacional supone para su estabilidad política, sobre todo en sociedades donde el fundamentalismo islámico  puede encontrar fácil arraigo debido a las penalidades que sufre la población a diario, estando muchas veces ligada la supervivencia de los propios regímenes autoritarios con la seguridad de la zona y sobre todo la europea.

-          Economía: Las revueltas de momento parecen haber tenido fuerte arraigo en Túnez y Egipto, así como algo menos en Yemen, con algún alzamiento esporádico en Argelia. Sin embargo para Europa y sobre todo para la mitad sur-occidental la situación puede ponerse peligrosa si la situación revolucionaria pasa a Libia, Argelia y Marruecos, principales fuentes energéticas, sobre todo de gas natural, de países sur europeos como son Italia, Francia, España y Portugal. La situación social no es que sea mucho mejor en estos tres Estados, pero quizá los regímenes autoritarios, la censura y la represión hayan hecho un escudo más difícil de penetrar. Si se produjese un nivel de enfrentamiento político-social del nivel de Egipto en alguna de estos tres territorios norteafricanos, la Unión Europea y sobre todo, los principales implicados podrían verse en una situación nada fácil.

-          Política: Si bien la vertiente económica es un factor fundamental a corto-medio plazo, la componente política del conflicto puede suponer también muchos quebraderos de cabeza en relación con los dos factores analizados anteriormente: seguridad y economía. Ya he mencionado que el integrismo posee un caldo de cultivo idóneo en zonas socialmente deprimidas, apareciendo cada vez mayores colectivos guiados por una visión fundamentalista del Corán. En algunos Estados como Egipto, existen otras organizaciones que si en un pasado lejano abrazarían la yihad, actualmente son un movimiento islamista (creen que el Estado debe regirse por la sharia) con una amplia base social, que son los Al-Ijwan al- Muslimun, los Hermanos Musulmanes. Que aunque no sean integristas islámicos despiertan numerosos recelos en muchos de los Estados europeos y en Estados Unidos. En Túnez parece que la transición política que comenzarían las bases sociales quiere ser capitalizada por la burguesía e intelectuales del país, cosa que no sé si agradará a los tunecinos terminando en una especia de “transición a la española”, aunque aquí al menos parece que los jueces están decididos en ir a por los que se enriquecieron con las arcas públicas, vulneraron derechos humanos, torturaron y asesinaron durante décadas.

Con esto pretendo ejemplificar en cierta manera, que la evolución de los sistemas políticos de estos Estados del norte de África, puede condicionar la política internacional europea y norteamericana, la economía de estos, así como sus políticas de seguridad en las próximas décadas. Estas revoluciones pueden ser la clave para poder exportar las democracias europeas al mundo islámico, aunque dudo que los principales poderes mundiales dejasen que la democracia que dicen defender fuese realmente ejercida por los ciudadanos de estos Estados, ya que seguramente el interés general no suele ir ligado a sus intereses; así como pueden convertir la zona del Magreb en un polvorín político-religioso que, esperemos que no, se acerque al choque de civilizaciones descrito por S.Huntington.

"La rabia del pueblo" - Kenny Arkana

2 Responses to “La rabia del pueblo”

Enhorabuena por la entrada!

La verdad que es como asistir a una clase magistral y un telediario al mismo tiempo. A mí lo que de verdad me preocupa de este asunto es en qué modo repercutirá a la configuración geopolítica y al concepto que se tiene en Occidente de Oriente Medio. Creo que los EEUU están deseosos de saber qué tienen que hacer... Por otra parte no comprendo la hipocresía de nuestros gobiernos que ahora hablan de que apoyan a las masas... ¿Y antes? Por qué no se hace uso de los foros internacionales para luchar por lo derechos de estas sociedades...

unn abrazo muy fuerte amigo

Jose, por un lado EEUU como la UE han sido los principales garantes de muchos de estos sistemas pseudodictatoriales, porque geoestrategicamente les eran beneficiosos. Mohammed VI, Gadafi, Buteflika, Ben Ali, Mubarak y compañía impedían que organizaciones terroristas como Al Qaida del Magreb penetrase en sus territorios y por tanto estuviesen mucho más cerca del territorio europeo, por un lado. Así como los importantes contratos comerciales que poseen EEUU y la UE con estos hacía que mantener el status quo fuese capital. Por otro lado el colaboracionismo militar entre algunos de estos Estados y EEUU (principalmente), como en el caso Marroquí, hacen que el Estado por antonomasia que se dice defensor de la democracia y de las libertades civiles, permita que estos principios "sagrados" se vulneren en su propio beneficio. Si no, que se lo pregunten a los chilenos, guatemantecos, venezolanos, peruanos, del siglo pasado, verás que te contestan.

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