viernes, 12 de noviembre de 2010

La responsabilidad irresponsable

Estos últimos días la problemática del conflicto saharaui se ha acrecentado con la desmantelación del campamento Agdaym Izik saharaui por parte del Gobierno marroquí a través de su ejército y parte de la población. El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero sabía de la desmantelación por la fuerza de este campamento y acorde con su política de “apaciguamiento” sobre Marruecos durante la legislatura y media que llevamos, dejó hacer a este a su antojo. ¿Por qué?

El Conflicto Saharaui: ¿Responsabilidad Española?
La historia del conflicto saharaui comienza en 1884, en la Conferencia de Berlín, cuando el territorio del Sáhara Occidental es concedido a España en el reparto de tierras africanas por las potencias colonizadoras Europeas.  Posteriormente se le agregaría el territorio de Ifni en 1920 para en 1969 ser devuelto este a Marruecos.  En 1957 el Sáhara Occidental se configuraría como una provincia española, apareciendo como tal en muchos de los libros de texto que algunos de los lectores utilizasen en su infancia.
El proceso descolonizador había comenzado por todo el globo a finales del siglo XVIII, siendo la independencia de las 13 colonias americanas considerada por muchos autores como la primera descolonización, aunque no pacífica ni gestionada políticamente. Siendo en 1967 cuando la ONU plantea la descolonización del Sáhara Occidental a España. Sin embargo la disputa entre Marruecos, Mauritania y Argelia sobre el territorio saharaui paraliza el proceso.

El Frente Polisario, sucesor del Movimiento de Liberación Nacional del Sáhara creado en 1960 y que desaparecería en 1970 debido a la represión franquista en la zona, se crearía en el 1973 con el propósito de alcanzar la independencia del territorio saharaui bajo dominio español declarando un alto el fuego a principios de los años 90.
Su lucha comienza como guerra de guerrillas, la primera organizada en el desierto y a gran escala. Sin embargo la situación varía cuando el 16 de Octubre de 1975 el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya expresa que Marruecos no tiene ningún derecho histórico sobre el territorio saharaui, en todo caso Mauritania de la siguiente manera:

“Los materiales e información presentadas al Tribunal muestran la existencia, en el momento de la colonización española, de vínculos jurídicos de vasallaje entre el Sultán de Marruecos y algunas de las tribus que viven en el territorio del Sáhara Occidental. Igualmente, muestran la existencia de derechos, incluidos derechos sobre la tierra, que constituyen vínculos jurídicos entre la entidad mauritana, tal como la entiende el Tribunal, y el territorio del Sáhara Occidental. De otro lado, la conclusión del Tribunal es que los materiales e información presentadas a él no establecen ningún vínculo de soberanía territorial entre el territorio del Sahara Occidental y el reino de Marruecos o la entidad mauritana. Por tanto, el Tribunal concluye que no ha encontrado vínculos jurídicos de tal naturaleza que puedan afectar a la aplicación de la resolución 1514 (XV) de la Asamblea General a la descolonización del Sáhara Occidental y, en particular, al principio del autodeterminación a través de la libre y genuina expresión de la voluntad de los pueblos del territorio…”

Esto suponía un serio revés para los planes de la dinastía alauí para su proyecto de Gran Marruecos, por lo que el 6 de Noviembre de 1975, cuando la crisis política en España se acrecienta por el estado de salud del dictador, se produce la denominada “Marcha Verde”. Una columna de 350.000 ciudadanos y 25.000 soldados que orquestados por Hassan II, intentan aprovechar la debilidad española para anexionarse el territorio saharaui. Esta quedaría tras el campo de minas que el contingente militar español desplegaría por la frontera, muchas de las cuales todavía siguen bajo tierra mutilando y asesinado a civiles inocentes. Sería el 14 de Noviembre de 1975, cuando Franco se encontraba ya incapacitado para ejercer el poder en la dictadura, cuando se firman los Acuerdos de Madrid, una Declaración de Principios de Marruecos, España y Mauritania sobre el Sáhara Occidental, un tratado internacional que constaba de varios anexos secretos.


El precio de la cesión de la soberanía sobre el territorio del Sáhara Occidental fue la entrega a Marruecos, sin compensación alguna, de todas las instalaciones para la explotación y exportación de fosfatos, así como el 65% de las acciones de la empresa Fos Bu Craa, que explotaba el preciado mineral (el resto quedaba en manos del Instituto Nacional de Industria español). Por su parte, Marruecos convino en permitir que 800 barcos españoles faenasen durante 20 años en las condiciones que tenían en 1975... Jurídicamente, se acordaba la delimitación de las aguas españolas en el Atlántico occidental. Por lo que incumbe al plano político, Rabat se comprometía a renunciar a la reivindicación de Ceuta y Melilla. Sin embargo, vemos que nada de esto se ha cumplido. Una vez más las potencias o Estados más potentes despedazan a las colonias para extraerlas hasta el último tuétano de vida o utilizarlas de marionetas en sus intereses nacionales.

En esta Declaración se crea una administración conjunta del territorio saharaui compuesta por Mauritania, Marruecos, España (hasta el 28 de Febrero de 1976, cuando abandonaría toda responsabilidad sobre este territorio). Apenas un mes después, las Naciones Unidas a través de la Resolución 3458B  determina el derecho de autodeterminación del Sáhara Occidental, otorgando a España a “como potencia administradora, y con el Comité Especial encargado de examinar la situación con respecto a la aplicación de la Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales, adopte las medidas necesarias para la supervisión del acto de libre determinación”. Siendo por tanto responsabilidad de España en materia de Derecho Internacional establecer las condiciones necesarias para la realización del referéndum de autodeterminación.

En 1975 la ONU reconocerá al Frente Polisario como organización y en 1976 se proclama la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) desde Tifariti, territorio no controlado por Marruecos. Siendo reconocido como Estado por 85 Estados, la mayoría sudamericanos o africanos.

En 1979 Mauritania, único Estado con derecho a reclamar la soberanía sobre ciertos territorios del Sáhara Occidental, rechaza su derecho a ejercer esta reclamación, pero esta nueva parte de la RASD no es reconocida por Marruecos que se la anexiona.
Desde entonces, el Sáhara Occidental es un territorio controlado de facto pero no de iure por Marruecos.

En 2002 el Sáhara Occidental continuaría en la lista de territorios pendientes de descolonizar de la ONU.



Las hemorragias de la tierra.
Eduardo Galeano en su libro “Las venas abiertas de América Latina” nos cuenta como las potencias Europeas (Estados del núcleo o centro en la teoría del Sistema-Mundo de Emmanuel Wallerstein) se aprovecha de los territorios de ultramar (de la periferia en esta misma teoría), permitiendo que Europa, y sobre todo Reino Unido lleven a cabo el proceso de acumulación de capital necesario para desarrollar la Revolución Industrial.

Desde la Transición española el problema del Sáhara Occidental ha estado presente en la sociedad española, aunque cada día por desgracia más escondido. Este ha ido pasando desapercibido hasta que la situación se ha vuelto incontrolable y Marruecos quiere su parte del pastel. Ya hemos visto como los Acuerdos de Madrid poseían un trasfondo económico que no querían que se supiese, pero solo en relación a los fosfatos. Y como podremos pensar muchos: pobre de aquel país pobre que posea petróleo, pues los carroñeros extraerán hasta la última gota haciendo del desarrollo de unos, el subdesarrollo de otros.
Es bien conocida la existencia de importantes bolsas de petróleo, casi todas ellas se encuentran en la zona ocupada de Marruecos y explotada por empresas internacionales sin que la RASD pueda hacer nada por evitarlo, así como numerosos yacimientos de fosfatos, sobre los que el gobierno de Marruecos guarda un hermético silencio. Este podría ser un capítulo más de “Las venas abiertas de América Latina” de Galeano si el Sáhara Occidental se encontrase al otro lado del “charco”.



¿Debe la Seguridad Nacional condicionar el Derecho Internacional?
Este pregunta seguro que hace que nuestra mente se traslade a Afganistán o a Irak, conflictos armados, el primero acorde a resoluciones de la ONU, mientras que el segundo, una clara vulneración del Derecho Internacional, como guerras en nombre de la Seguridad Nacional o Guerras Preventivas en el caso de la segunda. Muchos ciudadanos claramente contrarios a ambas. Pero no solo en Irak España practica esta estrategia de vulnerar o ignorar el derecho internacional “por la Seguridad Nacional”.

Los intereses de Marruecos en el Sáhara Occidental quedan claros, pero ¿Y los de España?
Como decía, desde la Transición este problema ha pasado desapercibido en la opinión pública española, así como en su clase política. Solo pequeñas formaciones políticas como IU en un principio (aunque luego perdiera bastante fuerza en este conflicto) y UPyD, desde su creación en Septiembre de 2007 han apoyado de forma clara el derecho de autodeterminación del Sáhara Occidental.
¿Pero y los grandes partidos? El PP como descendiente de aquellos mismos que firmaron los Acuerdos de Madrid, así como el PSOE con su actitud apaciguadora sobre Marruecos dejan de lado el problema.
Nuestro país, que se considera por su Presidente del Gobierno un adalid en lo que a defensa de derechos humanos respecta y al diálogo con otras civilizaciones, ignora casi por completo el problema, incluso no hemos reconocido a la RASD como Estado.

Un ejemplo claro es que sabiendo que la desmantelación por la fuerza del campamento del lunes pasado iba a realizarse,  Zapatero mandó a su Ministra de Asuntos Exteriores a América Latina, a visitar la rodilla del señor Morales. El Presidente ha tenido que mandar a posteriori al anterior Ministro de Asuntos Exteriores a Argelia a mediar en el conflicto (¿Para qué le destituyó entonces? ¿Recompensa para Trinidad por su derrota en Madrid?).



A mi juicio España, al menos actualmente el Gobierno, no apoya decididamente la autodeterminación del Sáhara por dos motivos fundamentales:
-    Parte de la energía que consumimos en España proviene de Marruecos a través de gaseoductos, por lo que en una isla energética como es nuestro país, un corte del suministro gasístico por parte de Marruecos supondría apagones en gran parte de la península.
-    El terrorismo internacional. Al-Qaeda asentada en el Magreb, se está convirtiendo en fuente de acciones terroristas en la zona del sahel. Claro ejemplo de ello es el secuestro de los cooperantes españoles en Noviembre de 2009. Un Sáhara Occidental independiente, con una fuerza militar escasa, en un territorio mayoritariamente desértico y por tanto, difícilmente controlable sería una “cesión de territorio” al terrorismo internacional. Frente a la potencia armamentística marroquí y al control férreo de la monarquía alauí sobre su territorio, que no permitiría que esto sucediese.

Estos dos pretextos son a mi juicio los principales problemas que afectan a la capacidad o mejor dicho, responsabilidad internacional que posee España para con el Sáhara Occidental.
Menos mal que la economía verde de Zapatero, y la Alianza de Civilizaciones solucionarán estos problemas (aunque no creo que a corto plazo).

Hasta entonces los saharauis seguirán sufriendo bajo el régimen marroquí. Desde España debemos dejar clara una cuestión importante tanto a nuestros dirigentes como a la Comunidad Internacional:

Sáhara Libre

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