martes, 30 de noviembre de 2010

El baúl de los secretos

Ayer muchos se echaban las manos a la cabeza de la incredulidad y otros tenían que hacer esfuerzos por cerrar la boca del aturdimiento; y no lo digo por el resultado del derbi Barça-Real Madrid. 

Una hecatombe mediática sacudió ayer la diplomacia como nunca antes había sucedido. El cuarto poder, la prensa y medios de comunicación, realizaban el trabajo que realmente les correspondería, el de controlar a los poderes fácticos, el legislativo, judicial y ejecutivo. Wikileaks me ha devuelto una cierta esperanza en la función que atribuía a los medios, pero que ninguno desde hace tiempo ha reivindicado. El poder de informar.

La filtración de cables diplomáticos de numerosas embajadas norteamericanas a lo largo y ancho del globo nos recuerda algo que muchas veces olvidamos. La política internacional por más que quiera maquillarse en cumbres de Jefes de Estado y Gobierno, reuniones de los países más poderosos u Organizaciones Supranacionales, realmente posee mucha de su fundamentación en lo que muchos solo creen que existían en épocas del telón de acero. El espionaje.

La política muchas veces muestra su lado más crudo; muestra su alter ego, nos muestra que el engaño, las apariencias y muchas veces la violencia son componentes inherentes de esta. Sobre todo si los intereses estratégicos y económicos de tu Estado, sobre todo si es la potencia mundial a la que acechan otros Estados, están en riesgo.


El espionaje a multitud de gobiernos, políticos, incluso a la ONU son solo algunas de las filtraciones que han salido en los diferentes medios (cinco en todo el globo escogidos por Wikileaks para difundir estos informes), muchos quedan siempre almacenados en discos duros de los servicios de inteligencia de la mayoría de los Estados. Muchos nunca se sabrán, pero una cosa es clara. Los medios de comunicación no deben proteger a los gobiernos, como muchas veces hacen sobre todo en política nacional, sino informar a los ciudadanos tanto de las acciones como trapos sucios que estos realicen. 

Desde este blog el completo apoyo a WIkileak.



"El que no conoce la verdad es simplemente un ignorante. Pero el que la conoce y la llama mentira, ¡ese es un criminal!..."
Bertrold Bretch

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