miércoles, 8 de septiembre de 2010

Askatasuna III

V.    Los orígenes ideológicos de ETA:

Es importante hacer un inciso en la historia de ETA para retomar los principios ideológicos de la banda, que acompañaran a esta durante sus primeros 25 años, para después irse difuminando paulatinamente, llegando al momento actual, en el cuál casi podemos afirmar que ETA se encuentra ideológicamente muerta.
Esta ideología posee, o al menos poseía, 2 elementos unidos entre sí en su ideología, ya que últimamente no se logra dilucidar una ideología de base, pudiera ser porque los cambios en la dirección y en parte de su organización desestabiliza de sobre manera los pilares de la banda terrorista.
Por un lado se encuentra el nacionalismo sabiniano, basándose en la consideración de Euskadi como un país ocupado y en la otra el franquismo, que hacía efectiva tal ocupación.
Sabino Arana sustenta su idea de la nación vasca en la existencia de una comunidad de lengua y cultura. Según él, la nación vasca existe independientemente de la situación jurídica real y de la voluntad de sus habitantes. Los rasgos fundamentales son cinco:
-    La pureza de la raza: Arraigada en los fueros, siendo el mejor ejemplo del aislacionismo.
-    El integrismo.
-    El ruralismo.
-    Etnocentrismo.
-    Centipetrismo: Es la tendencia a encerrarse en sí misma y a fundamentar la reivindicación nacionalista no tanto afirmando la nación vasca, sino negando la nación española. Esta característica alcanza en el nacionalismo vasco una importancia extraordinaria.
El mundo surgido de la Revolución Industrial, aparece a ojos de Sabino como la destrucción de las esencias tradicionales vascas.
El nacionalismo vasco se radica en la contraposición de lo vasco y lo español, ambos antagónicos. La idea de ocupación por un Estado extranjero, así como la debilitación y marginación del euskera en el desplazamiento de lo autóctono como resultado de la inmigración obrera, tiene como solución la expulsión del ocupante, el rechazo de lo español y el mantenimiento de lo vasco.

El etnocentrismo basada en el rechazo a lo extranjero, sustentado en la pureza de la raza y el euskera serán los pilares del nacionalismo.
El euskera en ese momento, como ahora, es una lengua minoritaria y además difícil de expandir a no ser que sea mediante métodos de discriminación positiva, considerándolo como seña diferenciadora de lo vasco. Ahora bien, el euskera posee una importante ventaja con respecto a la raza, ya que no se puede lograr una pureza de raza, pero sí una recuperación del euskera.

En definitiva, lo importante además de saber euskera, será ser nacionalista para producir la recuperación de este. Considerando lo no nacionalista como no vasco. Existen ejemplos tanto en este, como en otros nacionalismos, donde muchos de sus destacados dirigentes no son originarios del territorio que dice reclamar ese nacionalismo, véase Cataluña sin ir más lejos.



VI.    ETA y la democracia postfranquista

El proceso de Burgos constituye un punto de inflexión para ETA. Provocó el nacimiento de una nueva generación de militantes y una nueva rama de ETA, la militar que existe hasta nuestros días, que se consolidará a partir del atentado contra Carrero Blanco en 1973.

Puede afirmarse que desde 1971 hasta nuestros días, ETA se halla ideológicamente muerta. La nueva ETA surgida de Burgos apenas elabora construcciones ideológicas. Las únicas ideas claras son la de Euskadi como país ocupado y la necesidad de la lucha armada  como medio para la liberación de Euskadi.

En 1974 la parte minoritaria se escindirá en la ETA militar (ETAm) y la parte mayoritaria como ETA político-militar (ETApm). La causa de la escisión obedece a una diferente perspectiva sobre la estrategia más adecuada, aunque en el fondo haya una diferencia ideológica.
ETApm debido a la represión que sufre por la realización de numerosas acciones y actividades, convocará en 1976 una nueva asamblea, la VI Asamblea donde se produce una nueva escisión, habiendo una estructura que se encargará de la creación de un partido político denominado EIA, que terminará desembocando en Euskadiko Ezkerra, que posteriormente, en 1993 se fusionaría con el Partido Socialista de Euskadi; y una estructura militar que terminará integrándose en ETAm.
ETAm por su parte, se organizará como un ejército, con jerarquía y disciplina. Durante este período, los movimientos sociales de la izquierda independentista comienzan a crear organizaciones como la Koordinadora Abertzale Socialista (KAS), Herri Batasuna (HB) y Esukal Herritarrok, EH. Estos, junto con ETA configuran el Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV).

La políticas de izquierdas adoptada en la VI Asamblea, implica la defensa y el desarrollo de los valores democráticos, sobre todo la libertad y la igualdad. Sin embargo resultaba incompatible tal defensa con la violación permanente y constante de los más elementales derechos y libertades, como son el derecho a la vida o a la libertad ideológica. Así como la defensa de los limitadores del poder y  la tolerancia resultan incompatibles con el sometimiento de las ideas y del poder político a un poder militar.

ETA y la izquierda abertzale son contrapuestas y complementarias. No pueden subsistir una sin la otra, pero cada una de ellas lleva el germen de la destrucción de la otra. ETA se basa en el MNLV para renovar los recursos humanos de sus comandos. HB aparecía, e incluso sus reductos siguen estando íntimamente ligados a ETA. Esta, ha consistido en un gancho electoral de primer orden mientras este y otros partidos que no condenaban la violencia armada han estado legalizados. Pero a su vez ambos, ETA y la izquierda abertzale más radical, resultan antagónicos, ya que ETA se siente mucho más cómoda en un sistema autoritario que en un sistema democrático. La democracia constituye un obstáculo para sus actividades y objetivos, pero para HB y los otros partidos, sus resultados electorales son imprescindibles para su supervivencia.

Entre 1977 y 1979 ETA establecerá las bases con las que se enfrentará a la democracia.
ETAm, supeditando a la clandestinidad su actividad, hace que desaparezcan los medios de participación y toma de decisiones, desapareciendo la reflexión ideológica y política, y produciéndose la primacía del activismo militar. KAS, bajo el control de ETA, se convertirá en el foro donde se decide la estrategia de la izquierda abertzale.



Pero los primeros problemas aparecen con las elecciones de Junio de 1977. ETAm se niega a reconocer el carácter democrático del nuevo sistema político, admite que puede tener validez con España, pero no en Euskadi. La  posterior aprobación del estatuto de Guernika por parte del PNV, supone una ruptura temporal, que no definitiva con este, ya que esta brecha se cerrará en 1998 con el Pacto de Lizarra.
Sin embargo ocurre un hecho impactante durante este período, ya que en la transición, a medida que se iban consiguiendo logros como la legalización de la ikurriña, la apertura a los actos de cultura popular vasca, etc., los grupos violentos se radicalizaban en lugar de moderarse.

Durante este período se produce también una llegada masiva de simpatizantes con la organización de tal manera que tienen que descartar a aquellos que no han hecho el servicio militar. Se produce por tanto, un incremento masivo de comandos, diferenciándolos en 2 tipos:
-    Legales: Constituyen la fuerza principal. Sus miembros no están fichados, compaginan una vida normal en sus domicilios, en el trabajo o en el instituto con la actividad clandestina. Dentro de la organización solo conocen a sus jefes directos, que les envían el material y las órdenes necesarias. Se comunican mediante notas o entrevistas personales.
-    Ilegales: Son huidos residentes en Francia, que pasan al interior de la península de forma clandestina para realizar campañas de atentados o para una única acción. Miembros de los comandos legales que son descubiertos y logran escapar, entregándose plenamente al activismo. Tienen más preparación que los legales y más medios económicos y técnicos. Son los encargados de las acciones más arriesgadas.

Hasta mediados de los 80 la estancia en Francia es cómoda. El exiliado adquiere a ojos de muchos una imagen romántica, como perseguido y aventurero, lo que lleva a incrementar el reclutamiento por muchos de los que acuden a ver a estos huidos.
Cuando cruzan la frontera, los ilegales se apoyan en los legales, que les facilitan transporte, alojamiento e información. Cada grupo solía estar compuesto por 6 personas o divididos en dos células. Destaca sobre todo el comando Argala, el cual estaba compuesto por ciudadanos franceses y era el brazo ejecutor de la cúpula de ETA. La nacionalidad de sus integrantes y su independencia orgánica le permitieron pasar desapercibido ante los servicios policiales.



En Francia se veía a ETA como una organización antifranquista en lucha por los derechos de los vascos, identificándolos con jóvenes idealista, ignorando el baño de sangre que habían provocado. La transición a la democracia no cambió apenas la postura de París sobre ETA, que mantuvo su postura a cambio del compromiso de esta de que mantendría el nacionalismo vascofrancés bajo control.

Retomando la historia, debido al peligro de que el proyecto de Adolfo Suárez se consolide, ETA intenta hacer ver peligrar su proyecto a nivel estatal a no ser que se acceda a las exigencias de KAS. Pero con la llegada de la democracia y más tarde, del Estatuto, ETA dijo que la sociedad vasca se había pronunciado en contra, habiendo habido “trampas y manipulaciones”.
Las líneas estratégicas de los atentados de ETA durante este período son:
-    Ataque a militares: No se les ataca por el papel que ocupan en la estructura de poder, sino por las tensiones que podían producir en las Fueras Armadas. No cabe duda de que la provocación terrorista jugó un papel importante en la motivación del teniente coronel Tejero, aunque no el único factor, en el 23-F.
-    Extender el temor en la sociedad de forma generalizada: Ya sea para evitar cualquier resistencia o para liquidar colaboradores con el enemigo. Incluso se realizan atentados contra exmiebros de ETA. Este objetivo se consigue claramente, manifestándose de manera tal como la negativa a hablar de política en determinadas circunstancias, la cautelosa actuación de los medios informativos y el abandono a su suerte de las víctimas, es decir, la espiral de silencio. Esta actitud se demostró con frases que zanjaban las preguntas tales como “algo habrá hecho”.
-    Apoyo de iniciativas sociales con sus atentados, con lo que intentaban ganar más adhesiones. Así se producen en los movimientos contra centrales nucleares o contra la droga, mediante atentados contra establecimientos acusados de estar involucrados en narcotráfico. Para ETA, la droga era “un arma de alienación y represión”.

Desde 1977 a 1987 los cuerpos policiales desarrollaron una estrategia de contención del terrorismo, basada en detenciones masivas, algunas sin pruebas, con el fin de obtener información. Se crea también en 1977 la Audiencia Nacional, como jurisdicción especializada en delitos de terrorismo.
La política antiterrorista dl PSOE concede a la Guardia Civil un mayor protagonismo. La colaboración francesa, coincide con la aparición de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), cuyas primeras actuaciones se basan en el secuestro y asesinato de Lasa y Zabala en 1983, así como el secuestro de un ciudadano francés confundido con un dirigente de ETA. El secuestro de Martín Barrios (capitán farmacéutico) fue la causa para que Interior diera el visto bueno para la creación de los GAL. Cometieron un total de 27 asesinatos: miembros de ETA, pero también ciudadanos franceses alcanzados por error.

En 1986 se produce la escisión de EA del PNV, lo que provoca que el PSOE-EE se convierta en el partido con más escaños dentro del Parlamento Vasco. Pero el PSOE rechaza a presidir el gobierno y es Ardanza quien ocupará Ajuria Enea. Este pacto provoca que el PNV acerque posiciones al PSOE y legitime la actuación policial y judicial. Pero el cambio importante que condiciona a ETA es el cambio de actitud de la postura francesa para con la banda.

Por otro lado, a partir de 1984 se produce un aumento de las detenciones de comandos que la cúpula no es capaz de compensar, produciéndose una pérdida de poder de la organización terrorista. En esta fecha comienza a utilizarse el coche bomba de manera masiva y la fabricación de sus propios explosivos (amonal), lo que evitará tener que comprarlos en el mercado negro o robarlos de canteras.

VII.    Atentados y secuestros que impactan a la sociedad.

ETA mediante la negociación no quiere resolver el conflicto ni antes, ni ahora. Quiere imponer sus exigencias.
Así sucede ya cuando se producen los primeros contactos entre el gobierno socialista y ETA en Argelia sobre 1986. Pero este proceso queda interrumpido por la muerte de un dirigente de ETA en extrañas circunstancias que las autoridades argelinas no quisieron aclarar. Después del cese de las negociaciones tienen lugar los atentados de Hipercor. Un atentado que todavía está en la retina de miles de personas y sobre todo las decenas de heridos y las familias de las veintena de muertos.





Posteriormente se inician los contactos condicionando el gobierno estos a que no se produzcan más asesinatos. La respuesta a esta, es la colocación de un coche bomba en la Comandancia de la Guardia Civil de Zaragoza, ocasionando la muerte de 11 personas, cinco de ellos niños. Se suspenden las negociaciones. Se puede comprobar que está no es la primera, ni la última vez que ETA interrumpe el proceso de solución del conflicto vasco, sin ni siquiera haber acordado unos mínimos comunes, con la otra parte.

En 1985 se produce una serie de conversaciones del PSOE con los representantes de los partidos políticos, realizándose el Pacto de Madrid. Establecía la creación de foros de información entre los firmantes y el Gobierno en asuntos relativos al terrorismo. De forma paralela en Euskadi, el lehendakari en 1988, realiza una negociación entre los partidos liderados por los presidentes autonómicos de Navarra y el País Vasco, estableciéndose el Pacto de Ajuria Enea, en el que se implicaban todas las fuerzas vascas, excepto HB para afrontar el problema de la violencia. Este pacto fue el paraguas bajo el cual se desarrolló una importante movilización a favor de la paz.

Los episodios de violencia producidos a finales de la década de los 80 sacan a la luz a la ciudadanía cansada de soportar en silencio los asesinatos, una ciudadanía que a partir de entonces, se manifestó claramente.

A partir de 1987 se produce también la quiebra del control de territorios que ETA mantenía. Las numerosas pesquisas policiales detienen a más comandos de los que ETA puede reponer, desapareciendo de algunas comarcas durante bastante tiempo.
Es durante este tiempo de duros golpes a ETA cuando comienzan a practicarse los secuestros con afán recaudatorio, pudiendo llegar a cobrar hasta 1200 millones de pesetas por el de Emiliano Revilla, convirtiéndose en una de las vías fundamentales de financiación.

En 1992, el Gobierno podía verse debilitado por la confluencia de eventos que se producirían en la península (Olimpiadas, Expo, V Centenario del descubrimiento de América,…) por lo que se produjo una intensificación de atentados terroristas.

A partir de la detención de la cúpula de la organización en Bidart, se produce una especialización de los atentados, siendo estos más selectivos.

La intimidación social continúa de la mano de la kale borroka, la cual trataba de impedir cualquier manifestación contraria a ellos. Vulnerando de forma sistemática los derechos políticos de los ciudadanos opuestos a la organización terrorista.
El acoso al PNV se produjo a través de ataques a la ertzaina, pero peor fue al PSOE y al PP con el asesinato de Múgica y Ordoñez respectivamente o como el atentado sufrido por Aznar o el que la policía frustró contra el Rey en Mallorca.

VIII.    Dos secuestros: Lara y Blanco.

Debido a que en 1995 la dispersión de los reclusos de ETA estaba en debate político, estos fueron el eje de su campaña. Se produjeron atentados regulares contra funcionarios de prisiones y el secuestro de José Antonio Ortega Lara en enero de 1996, siendo el secuestro más largo de la historia de ETA, para forzar un cambio en la política penitenciaria.



Este secuestro ya mostró una importante repercusión en la sociedad española, que vio como los días se sucedían sin tener noticias del funcionario.
Finalmente Ortega Lara fué encontrado en la localidad de Mondragón con un aspecto deplorable. ETA perdió en aquella acción su baza propagandística. Debido a eso, la lógica militar pensó resarcir su fracaso con otro secuestro y 11 días después de la liberación de Lara, secuestró al concejal del PP Miguel Ángel Blanco (12 de Julio de 1996), con un ultimátum de 48 horas para que el gobierno cambiara de política penitenciaria amenazando con matar al edil si no se atendían sus reclamaciones. Las amenazas provocaron una movilización sin precedentes en toda España. No hubo clemencia con el edil, pero con su asesinato, ETA provocó la mayor de las repulsas ciudadanas vistas hasta entonces en la historia de España.
Posteriormente ETA seguiría asesinando ediles pero sin secuestro previo, para no crear más protestas populares.
Destacados miembros de ETA como Txellis, condenaron el asesinato y HB empezó a considerar el alejamiento con ETA.



Pero en Septiembre de 1998, el Pacto de Estella, coloca a todos los partidos nacionalistas juntos frente a España, frente a los enemigos de Euskal Herria.
En 1998 se produce una nueva tregua, pero las exigencias de ETA hacen que se rompa al año siguiente, lo que supuso la incomprensión por parte de la base social de la izquierda abertzale. Cuando ETA puso fin a las conversaciones en Argel y rompió la tregua, las explicaciones fueron asumidas con facilidad por sus bases: la culpa era del Gobierno, que no tenía verdadera intención de negociar. Pero esta ruptura era más difícil de comprender.
Una de las causas fue la ruptura de la unidad nacionalista, que se había mantenido desde el Pacto de Estella (o de Lizarra). La desafección de las bases hacia la organización se manifestó en las elecciones de 2001, en las que miles de votantes de Euskal Herritarrok, dieron su voto a la coalición PNV-EA. Otra consecuencia fue la escisión en Batasuna, apareciendo Aralar.

El primer atentado durante un par de años se produce en el 2000, lo que supuso la ruptura material de la tregua.
Para evitar que el PNV cambiara su estrategia y alianzas, ETA acosó a populares y socialistas de manera que su discurso se endureciera tanto, que impidiera cualquier posible acercamiento del PNV. La estrategia de asesinar líderes y militantes del bando constitucionalista, constituye un caso de limpieza ideológica.

Con la ruptura de la tregua, se produce la contraofensiva policial. Se parte de que ETA está al límite de sus fuerzas y de que hay que mantener una presión constante para evitar su recuperación. De tal manera que llegando a marzo de 2006, e produce una nueva tregua. Esta, fue un tiempo más de reorganización interna de ETA, que una tregua real. Durante esta, se produjo una renovación generacional llegando a la cúpula, jóvenes de la kale borroka. Este proceso de cambio, unido a las numerosas detenciones, ha impedido que se haya producido e natural proceso de transmisión de experiencia dentro de la banda, con la pérdida de cualificación que ello supone, mediante el descabezamiento sistemático.
Esta presión policial, unida a la persecución legal de sus estructuras políticas y económicas (como el cierre de Egin en el 98, desmantelamiento de una red empresarial vinculada a ETA o el cese de las actividades de Batasuna por vía judicial en 2002) ha sido realmente efectivo.
El mito de que ETA no podía ser derrotada policialmente queda roto.

Los últimos años de la organización se caracterizan porque ETA podía seguir matando, ya que tenía recursos humanos y materiales para ello, pero no sabiendo muy bien por qué. Aparece el problema de mantener cohesionada su base social e incluso en 2004 se produce un cuestionamiento muy importante de la actividad terrorista por miembros de ETA que cumplían condena, admitiendo la derrota de la organización por parte del Estado, siendo esta irreversible. La dirección de ETA atajó el debate suspendiendo de militancia a los seis firmantes de la carta y expulsándolos de la organización.

En 2004, Josu Ternera y Antza, se reunían con el líder de ERC, Josep Lluís Carod Rovira en Perpiñán. Donde se llegó al acuerdo del cese de las actividades terroristas en Cataluña, cerrando frentes de esta manera.

Sin embargo el 11-M supuso para ETA un cambio de estrategia. Aparte de negar su autoría, interrumpió la actividad de sus comandos durante unos meses, debido al rechazo frontal que podía expresar la población frente a un nuevo asesinato.

Durante los últimos años la actividad etarra ha ido decreciendo de manera inversamente proporcional a la presión policial tanto española como francesa. Esta no es la primera tregua en los ultimos cinco años (recordemos la tregua que ETA dinamitó con el atentado de la T4), para después seguir haciendo lo único que saben, asesinar.

ETA está débil. El gobierno y la policía lo saben, los ciudadanos lo saben y los propios etarras lo saben, cada día se encuentran más solos y desamparados, por una sociedad cansada ya de vivir con miedo, de discriminar a otra media sociedad por sus ideas, por sus orígenes.

Esperemos que el comienzo del fin de la banda terrorista pueda colocarse dentro de unos años, en los libros de historia, tiempo hace ha.

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